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viernes, 21 de junio de 2013

El Lugar de las Confluencias


El hedor de la agonía despertó los sentidos. La sangre corre, se superpone e interpola llenando de rojo la luz y bombardeando con un selectivo periodo de recuerdos; un flashback lento y pausado que sacude la memoria y la despoja de resentimientos por absurdos inanimados.

En una cálida sensación de felicidad y protección me sumerjo al entender la determinación de las palabras y la voluntad de los actos; al sentir la compañía en un globo de soledad… Entonces solo basta agradecer por todos los bellos momentos que brillarán en la memoria para guiar y redimir en momentos de locura, desenfreno y autodestrucción.

La densa luz se disipa y evacuo la caverna hasta llegar al lugar donde lo que nos une es igual de fuerte a lo que nos separa, la impetuosa y orgullosa brecha de querer que así sea.

Ahora solo espero que en un no demasiado tarde regresar, y fuera del mundo de los sueños reencontrarnos, para que con un fuerte abrazo recuperemos la memoria, volvamos a ser parte el uno del otro y riamos como en los viejos tiempos. Aquellos tiempos en sepia, de juguetes de madera y barcos de papel…

Y es que es lo único que queda por hacer… En un no demasiado tarde… Espero… Espero… Ruego…