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sábado, 4 de febrero de 2012

El Quid del Vacío


En un mundo irreal donde todo parece ser perfecto, en el cual todo sucede inesperadamente y la solución aparece en el momento indicado. La locura absorbe los sueños y los mezcla con la realidad, impidiendo conocer la objetividad de las dimensiones. Espacios transitivos inentendibles e inexpresables…

Inerte soledad, inerte frustración que refleja la obsesión…

Relatos cortos de la vida entre el lecho de la muerte, una primera persona que busca ser obviada para no ser culpable de sus propios actos… Y las premoniciones se hacen reales, la locura alcanza su máximo nivel, confusión de lo vivido e imaginado llegando a la cumbre del análisis de las cosas minuciosas…

El pasado en blanco y negro, lleno de derrotas irremediables fue sacudido para tornar un presente de colores; la alegría y la ilusión de cumplir realidad un sueño.

Esta es mi vida, mi vida desde el momento en que vi tu sombra en el lugar al que estuve por “casualidad” y vi el hecho de tu sombra, pisoteando mi pasado para comenzar otra vida nueva sin saber lo que venía y confiando en que todo iba a salir en torno a mi bienestar; nuestro bienestar…

Caja de Sorpresas


Y es ahí cuando brota el suspiro, cuando las lágrimas florecen y los gritos de desespero desgarran la garganta…  Es el resultado del conformismo, del dejar pasar, de esperar un cambio, de no hacer nada… Propósitos relevados por el tiempo, corto y punzante, el fiel servidor de las desagradables situaciones que apuñalan lenta y espeluznantemente las sigilosas expectativas de un año diferente…

De entre risas y asombros te fuiste sin dejar huella alguna, diste vuelta a la hoja, a la hoja que no debías, y contigo te llevaste ilusiones de un fututo perfecto. A la nada te fuiste con tu sombra silenciosa, escondes tu cara o quizás la esconden… Solo tu lo sabes, solo tu entiendes el porqué, tu y solo tu…

La caja de sorpresas se abrió, solo se oye el sonido del resorte oxidado & las risas macabras del fastidioso payaso que disfruta del silencio y del adiós, del adiós que nunca se despidió…