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miércoles, 21 de septiembre de 2011

Relato de una Evocación Discontinua.


Hoy fue uno de esos días en el que el recipiente receptivo exploró su contenido de manera irracional, dando a relucir aquello que permanece oculto o eclipsado en el fondo de todos los pensamientos, pero precisamente ¿por qué ese? ese ente antiguo, muy antiguo, que debería estar agonizando, pero que NO!, que aún permanece tan fuerte como en su primera aparición.

Todo es muy confuso, usualmente desenfocado e incluso pueda que hayan cosas que nunca sucedieron [A lo mejor nada sucedió, entonces se convertiría en una pesadilla perseguidora o un “Déjà vu” de esta].

Fue un día nubladamente gris, pero opacado por aquellas esferas dulces de colores. En el aire me encontraba, no me importaba la altura, era un momento muy feliz [lástima que este momento no tenga importancia…].

Devuelta al día gris*

El descenso del avión trajo consigo un momento en el que todo estaba silenciado por aves negras que volaban en círculos sobre su precaria víctima, una silueta con una larga cabellera la cual apareció diciendo: “déjenme ir con ustedes” en el momento en el cual tomaríamos rumbo a casa. Esa negra silueta que gritaba y lloraba aclamando a otro ser, estrechaba el espacio en el que me encontraba, el estruendoso llanto contagiaba mi existencia de tensión, desaliento & miedo [Crímenes pensados, posiblemente nunca realizados]. Carne fría, sudor amargo, garganta seca y latidos rápidos; un fragmento de un momento que aparece con el tiempo y se convierte en un tormento.

Nunca supe lo que sucedió en realidad, o por lo menos no lo recuerdo, pero prefiero no saberlo, mas si es necesario extraer ese pensamiento, que más que una visión es una (re)vivencia, que aunque efímera, intranquilizante y abrumadora.

Quisiera pensar solo en el momento en el aire sin nunca descender...

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